Nuestro tejido, nuestra paz: Llegan las muestras artísticas de Sonidos para la Construcción de Paz
7 de noviembre de 2024
El viernes 8 de noviembre, a las 11:00 a.m., la plaza de Samaná, Caldas, se convertirá en un escenario de paz y reconciliación con la primera de las muestras de mediano formato de Sonidos para la Construcción de Paz. Este evento, bajo el lema “Nuestro tejido, nuestra paz” busca transformar realidades a través de la música y el arte en comunidades que han vivido los efectos del conflicto.
El Programa Presidencial, operado en la Zona 4 por la Universidad de Caldas, ha organizado esta serie de presentaciones para visibilizar el impacto de la educación y el arte en la construcción de la paz. Samaná será solo el comienzo de un recorrido por varios municipios, donde jóvenes y niños mostrarán cómo el arte se convierte en una herramienta de cambio.
Calendario de presentaciones
Las muestras continuarán en diferentes municipios a lo largo de noviembre, llevando el mensaje de paz a través del arte:
- Samaná, Caldas – Viernes, 8 de noviembre
- Quinchía, Risaralda – Martes, 12 de noviembre
- Montenegro, Quindío – Viernes, 15 de noviembre
- Florencia, Caquetá – Viernes, 22 de noviembre
- Puerto Asís, Putumayo – Martes, 26 de noviembre
Arte para sanar y transformar
En cada muestra, los participantes—niños, niñas, jóvenes y sus formadores—presentarán el trabajo que han desarrollado durante el año, utilizando la música y las artes como vehículos para la cohesión social y el fortalecimiento de su identidad cultural.
En palabras de Lina Paola Duque Fonseca, directora del Programa en la Zona 4, “esta serie de muestras representa un renacer a través de la cultura y un símbolo de esperanza para las comunidades que han enfrentado el conflicto”.
Una sabia reflexión
Cada muestra es un testimonio vivo del poder del arte para sanar y unir.
En estos escenarios, los estudiantes han encontrado no solo una forma de expresión, sino una manera de reconstruir el tejido social de sus comunidades, transmitiendo a través de cada nota y cada movimiento la historia y la identidad de su gente.
Reconocer su esfuerzo es reconocer también la valentía de cada niño y joven que, en medio de los desafíos, ha decidido levantar la voz por la paz.
Ellos nos muestran que la transformación es posible cuando se les brinda un espacio para soñar, crear y celebrar juntos el valor de la cultura como puente hacia un futuro de esperanza.
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