Crónica: Las voces estudiantiles en Caquetá lograron la armonía y tejieron esperanza y paz
22 de noviembre de 2024
En el corazón de la Amazonía, la Concha Acústica de la Universidad de la Amazonia en Florencia, Caquetá, se convirtió en un escenario de esperanza el viernes 22 de noviembre.
Bajo el calor del mediodía, decenas de niños, niñas, jóvenes, maestros y sabedores unieron sus talentos para dar vida a «Nuestro Tejido, Nuestra Paz,» un evento que vibró con la diversidad cultural y musical de este territorio y que fue la cuarta presentación de la Zona 4, después de las realizadas en Caldas, Risaralda y Quindío.
Una celebración de Caquetá
La muestra artístico-musical no fue solo un despliegue de talento, sino una celebración de la identidad caqueteña.
Desde las notas delicadas del tiple y la guitarra andina hasta el ritmo profundo de la tambora, cada presentación fue un recordatorio del poder transformador del arte.
Las instituciones educativas rurales y urbanas de Florencia y municipios cercanos mostraron cómo la música puede ser más que melodía: una herramienta para construir comunidad, sanar heridas y tejer sueños colectivos.
La mejor compañía
Los coros infantiles, acompañados por guitarras y tambores, trajeron un eco de los paisajes y tradiciones que definen a Caquetá.
Las piezas, cuidadosamente seleccionadas, tejieron un relato colectivo de resiliencia y creatividad.
Desde El Doncello hasta La Montañita, pasando por El Paujil y Belén de los Andaquíes, los jóvenes intérpretes narraron, sin palabras, la riqueza cultural que habita en sus corazones.
Aprender de todos
Entre presentaciones, los espectadores tuvieron la oportunidad de reflexionar sobre el impacto de la música en la vida cotidiana.
Las intervenciones en video de lo que ha sido el proceso del Programa Presidencial Sonidos para la Construcción de Paz resaltaron cómo esta iniciativa no solo enseña notas y ritmos, sino también empatía, trabajo en equipo y gestión emocional.
En un mundo marcado por divisiones, las lecciones aprendidas en este programa son faros de esperanza para las generaciones que sueñan con una Colombia reconciliada.
Héroes en escena
Un momento cumbre llegó con el Trío Instrumental Manigua, cuyos acordes envolvieron a la audiencia en una atmósfera de orgullo y admiración.
Los premiados intérpretes, formados en la Escuela de Música de San José del Fragua, representaron la conexión entre el pasado y el futuro, llevando a escena la tradición andina con una frescura que solo los jóvenes pueden imprimir.
El cierre, con las voces de la agrupación del alma máter de Caquetá interpretando bambucos y cumbias, fue una promesa de continuidad: la música no termina cuando callan los instrumentos; vive en los corazones de quienes la escuchan y la transmiten.
Mientras las últimas notas resonaban y el público se despedía, una sensación compartida flotaba en el aire: la paz, como la música, se construye en armonía.
Y en ese rincón de la Amazonía, la esperanza encontró su mejor melodía.
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