Juliett Marcela García Henao, maestra en música y formadora del Programa Sonidos para la Construcción de Paz en el nodo 5, ha encontrado en el Instituto Tecnológico de Santa Rosa de Cabal un lugar donde el aprendizaje musical se entrelaza con el amor por la paz y la convivencia.

La escuela se convierte en un espacio donde los ecos de la paz suenan con fuerza, impulsados por la energía de una generación que empieza a construir su propio camino.

Por su labor en el aula, Juliett fue seleccionada para participar en la Muestra Artístico-Musical de Risaralda en Quinchía el martes 12 de noviembre.

Desde sus primeras clases, Juliett ha descubierto en los niños y niñas de preescolar, primero y segundo grado una curiosidad y compromiso extraordinarios. Estos pequeños, que apenas comienzan a explorar el mundo de la música, reflejan el cariño que reciben de sus docentes y el amor que sienten por su país.

“Son responsables, amorosos, y tienen unas ganas inmensas de aprender y disfrutar de la música”, afirma Juliett.

La receptividad de las docentes María Nohelia, Adriana, Diana, Laura, Viviana y Mónica, junto con el apoyo incondicional de la rectora Amparo y el coordinador de primaria Guillermo, han sido clave para crear un ambiente cálido y colaborativo, donde cada esfuerzo está orientado a sembrar paz.

La metodología de Juliett no solo enseña notas y ritmos; también busca conectar a sus estudiantes con sus raíces y su identidad. En un emotivo proyecto, invitó a los niños a escribir cartas a Colombia, donde expresaron, a través de palabras y dibujos, su agradecimiento por vivir en esta tierra.

«En esas cartas -comenta Juliett- pudieron reflejar todo su amor por este país, llenándolas de corazones y palabras sinceras«.

El cierre de esta actividad fue especial: todos se unieron para cantar Amo esta tierra, una canción que se ha convertido en el himno de despedida para el programa este año, y que deja una huella en los corazones de quienes la escuchan.

La labor de Juliett en Santa Rosa de Cabal resuena como una sinfonía de esperanza, donde cada nota, cada canción y cada carta escrita por los niños construye un mensaje de paz que trasciende el aula y se convierte en un eco poderoso en las vidas de sus estudiantes.