La música sigue viva: concluye Sonidos para la Construcción de Paz
23 de abril de 2025

Este 23 de abril de 2025, Sonidos para la Construcción de Paz cierra un capítulo que resonará por mucho tiempo en los corazones de quienes lo vivieron. Operado por la Universidad de Caldas en los departamentos de Caldas, Caquetá, Putumayo, Quindío y Risaralda, este programa culmina hoy con un balance profundamente positivo: un balance de crecimiento, de aprendizaje, pero, sobre todo, de esperanza.
Desde junio del año pasado, y tras una breve pausa de fin de año, llevamos adelante una operación que fue mucho más que una serie de actividades: fue una pausa digna a la guerra.
Una invitación a abrir otros diálogos posibles, donde la música, la palabra y el encuentro fueron las herramientas para sembrar la paz en el tejido social.
- 34.517 beneficiarios hicieron parte de esta sinfonía de reconstrucción, encontrando en el arte, la educación y la cultura una vía para transformar su entorno.
- 346 formadores acompañaron este proceso, llevando su conocimiento, su pasión y su escucha a cada territorio intervenido.
A través de conciertos, muestras artísticas, encuentros pedagógicos, talleres psicosociales y producciones audiovisuales, Sonidos para la Construcción de Paz no solo puso el tema en la conversación pública, sino que lo llevó a la piel y al corazón de las comunidades.
En las plazas, en las escuelas, en las veredas… la música sonó como símbolo de resistencia, de memoria, pero también de futuro.
Hoy cerramos el programa, pero no el proceso. Porque cuando una canción nace de la esperanza, no se desvanece: queda vibrando, sigue inspirando, sigue convocando. Queda en la memoria colectiva como una muestra de que la paz es posible si la construimos juntos.
A cada persona que creyó, que participó, que aportó desde su saber y desde su sentir: gracias. La paz no es una meta lejana, es un camino que se recorre en comunidad.
Este cierre es, más que un final, el inicio de nuevas melodías, de nuevas formas de encontrarnos, de más razones para seguir creyendo que el arte es un lenguaje que puede sanar las heridas de la guerra.
Gracias por ser parte de este coro por la vida. Gracias por creer en los sonidos que construyen paz.
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