La música como vehículo de expresión y sanación

Raro cree profundamente en el poder de la música como canal de transformación social.

«En las zonas rurales, la música está presente en cada rincón,» afirma. Para él, la música no solo es un elemento cultural, sino también un medio que cataliza las emociones y brinda consuelo en medio de recuerdos dolorosos.

Cada taller y cada canción se convierten en un espacio seguro para que niños y jóvenes puedan abrir sus corazones y expresar sus historias, libre de juicio.

Este trabajo no solo ha impactado a Rafael en su labor diaria, sino que también ha transformado a los estudiantes.

Al recordar sus visitas a escuelas rurales, Rafael describe cómo los rostros de los niños se iluminan cuando reciben al equipo del Programa Presidencial Sonidos para la Construcción de Paz. «Hoy, cuando me despido, me abrazan y me dicen ‘gracias, profe'».

Su relato resalta cómo estas iniciativas ayudan a reconstruir la autoestima y la dignidad en comunidades históricamente afectadas por el conflicto.

Transformación personal y profesional

Además de ser un gestor cultural, Rafael reconoce que su papel en el programa ha sido una oportunidad única para regresar a sus raíces y contribuir a su comunidad.

Aunque no se considera músico, su experiencia en gestión y su conexión personal con el Oriente de Caldas lo motivan a seguir adelante. Su historia es un ejemplo de cómo el arte y la música pueden sanar y reconstruir comunidades.

Para él, es un privilegio poder liderar un proceso que no solo promueve la paz territorial, sino que también rescata las emociones y el sentido de pertenencia de las personas.

Este episodio, lleno de reflexiones y experiencias conmovedoras, muestra cómo el Programa Presidencial Sonidos para la Construcción de Paz está construyendo caminos de sanación a través de las artes en una región que, después de años de silencio y dolor, finalmente encuentra su voz.