En lo alto de una colina en la vereda El Paujilito, en Caquetá, se encuentra una pequeña escuela, aislada pero llena de vida. Llegar hasta aquí no es fácil: hay que cruzar una manga, atravesar un puente colgante y subir la colina bajo un sol implacable que supera los 30 grados.

Pero la recompensa es invaluable: la vista se extiende hasta las vastas planicies del Amazonas, y el eco de risas infantiles llena el aire.

Este rincón remoto ahora vibra con el poder de la música, gracias al Programa Presidencial Sonidos para la Construcción de Paz.

Adrián, nuestro dedicado formador, ha llegado hasta aquí para enseñar a los niños que su cuerpo es un instrumento, y con él, pueden crear armonías que resuenen más allá de las montañas que los rodean.

A pesar del aislamiento y las dificultades del camino, estos niños están llenos de alegría y entusiasmo, agradecidos de formar parte de un programa que ha traído esperanza y creatividad a su comunidad.

En este rincón olvidado de Colombia, el Programa Presidencial Sonidos para la Construcción de Paz demuestra que la música no conoce fronteras, llevando su mensaje hasta donde el corazón del Amazonas comienza a latir.